El hallazgo de más de 2 mil pedazos de pintura mural maya, 3 mil fragmentos de restos cercenados humanos en dos depósitos y cientos de piezas de cerámica, objetos y restos de animales en la Plaza de las Columnas –ubicada entre las pirámides del Sol y la Luna– es uno de los más grandes descubrimientos en la zona arqueológica de Teotihuacan (ZAT) de los últimos años.
La investigación que encabeza el arqueólogo japonés Saburo Sugiyama comprueba la presencia de la élite maya en la función política y social en Teotihuacan.
Eso decía la gente que estudia a los mayas, porque encontraban cosas de Teotihuacan, pero ahora tenemos datos que confirman la llegada de las élites mayas a Teotihuacan. Ya no hay duda de esta interacción.
Ayer, Sugiyama y el embajador de Japón en México, Noriteru Fukushima, realizaron un recorrido por la Plaza de las Columnas y diversas áreas de la ZAT.
El pasado 29 de abril, Saburo Sugiyama fue condecorado con la Orden del Sagrado Tesoro, Rayos de Oro con Escarapela, por su contribución al intercambio académico y de investigación entre Japón y México.
En 2015 comenzó la exploración en la Plaza de las Columnas, la que cada año se dividió con una temporada de excavaciones. En julio pasado empezó la octava temporada, con la que se continúan los trabajos y se inspecciona el área habitacional que funcionaba como complejo ceremonial administrativo del gobierno teotihuacano.
Saburo Sugiyama consideró que en esta plaza se ubicaron quienes gobernaron la gran ciudad teotihuacana, los movimientos del gobierno y del Estado, debido a su localización, casi en el centro de la ciudad, entre la pirámide del Sol y la Luna.
Las investigaciones demuestran que este lugar fue muy importante para Teotihuacan, pues cuenta con tres montículos de gran tamaño, que son los cuartos de mayor importancia por tamaño después de la pirámide del Sol, la Luna y la Serpiente Emplumada.
“Data de la época 3 y 4, cuando hay más interacciones con otros estados, como el maya y el zapoteca, aquí es una gran ciudad multiétnica. Desde 2015, cuando iniciamos los trabajos, hemos encontrado gran cantidad de materiales que estamos procesando y analizando en los talleres.
Ya hicimos una serie de excavaciones y pozos, que tapamos por cuestiones de conservación después de registrar todo lo encontrado. De esta manera, pudimos reconstruir la manera en que hacían sus rituales, probablemente en la Plaza de las Columnas, y recabamos datos sobre lo que comían, qué hacían y quiénes participaron, lo que actualmente estamos procesando.
Afirmó que cada temporada aumenta la cantidad de materiales y restos que se encuentran. Hoy cuentan con más de 2 mil fragmentos de pintura mural maya, así como miles de fragmentos de cerámica, con lo que han llenado dos depósitos que contienen más de 3 mil fragmentos humanos cercenados, el más reciente descubierto el año pasado.
También cuentan con cientos de restos de animales, por ejemplo de un águila, un mono araña, un cráneo de puma, además de conchas marinas y piedras verdes locales de diferentes tipos, pero también provenientes de Guatemala.
Saburo Sugiyama y el embajador de Japón en México accedieron al túnel de la pirámide del Sol y culminaron en los talleres donde se analizan los materiales encontrados, donde Saburo sostuvo que actualmente, de los 25 kilómetros cuadrados donde se asentó la cultura teotihuacana, menos de 5 por ciento ha sido explorado por los investigadores.