Donald Trump se entregó a las autoridades federales en esta capital para ser arrestado y donde antes de ingresar a un tribunal frente a una juez magistrada escuchó la acusación criminal en su contra y se declaró “no culpable” de cuatro cargos relacionados con sus intentos para revertir la elección de 2020 violando los derechos de los votantes, pero sus abogados y aliados dejaron en claro que están apostando más a lo que ocurre en la arena política que lo que enfrenta el ex presidente en la arena judicial.
Esta es la tercera acusación criminal contra el ex presidente en los últimos cuatro meses -ningún otro ex presidente estadunidense ha enfrentado jamás acusaciones criminales- pero es por mucho la más seria: los cuatro delitos que se le imputan son conspiración para violar derechos civiles protegidos por ley, conspiración para defraudar al gobierno, obstrucción de un procedimiento oficial y conspiraciones para obstruir un procedimiento oficial.
Su primera cita judicial en este caso criminal federal fue supervisada por la juez magistrada Moxila Upadhyaya, pero el juicio en sí sera conducido por la juez distrital federal Tanya Chutkan, una ex defensora pública quien fue seleccionada de manera aleatoria como parte del proceso normal empleado para designar a jueces disponibles a juicios en esta parte del país.
Según informes desde dentro del tribunal, la juez Upadhyaya inició el procedimiento solicitando el nombre completo del acusado y después le preguntó si había tomado algún medicamento que le pudiera impedir entender este proceso judicial. “No, su señoría”, le respondió Trump. La juez le informó al acusado de sus derechos legales y le leyó los cargos criminales en la acusación formal, señalando que uno de los cargos podría resultar en una condena de prisión de hasta 20 años. La juez entonces le preguntó al ex presidente cómo respondía ante estos cargos. “No culpable”, contestó.
Como ocurrió en los otros dos casos criminales, los fiscales federales permitieron que el acusado fuera liberado sin fianza (como ex presidente, es protegido 24 horas al día por el Servicio Secreto), pero argumentaron a favor de un juicio expedito.
Frente al tribunal federal en Washington esta tarde se realizó un festival pacífico de medios, pequeños grupos de manifestantes anti-Trump y también un grupo reducido de simpatizantes y fanáticos del ex presidente, todo rodeado por un despliegue de seguridad de diversas fuerzas públicas.
Pancartas que decían desde “Encarcélenlo” a “Negros por Trump” eran paseadas junto con individuos con máscaras de Trump como reo a mantas proclamando que el ex mandatario retornará a la Casa Blanca en la próxima elección o tal vez antes de las elecciones de 2024, sino es que antes.
Trump dejó el tribunal e inmediatamente regresó al aeropuerto. “Es un día triste para Estados Unidos”, comentó a reporteros que lo esperaban antes de abordar su avión privado. “Esta es la persecución de un opositor político. Nunca debería de ocurrir en Estados Unidos”. Afirmó, falsamente, que tiene una amplia ventaja contra Joe Biden en las encuestas y reiteró que todo esto es solo parte de un intento para evitar que gane la presidencia. “Si no le puedes ganar, lo persigues o lo fiscalizas”, dijo.
Su abogado Lauro, en entrevistas con medios estadunidenses, argumenta que este es un caso de libertad de expresión. El presidente, dijo recientemente, “tiene todo el derecho de abogar por una posición en la cual creía [que hubo fraude que llevó a su derrota] y que sus simpatizantes creían”. Agregó que “ésta es la primera vez en la historia de Estados Unidos en donde una presidencia está criminalizando la libre expresión contra una presidencia anterior”.