La tradición indígena de Australia y Nueva Zelanda, las anfitrionas del Mundial de fútbol, y un mensaje de unidad y empoderamiento femenino se unieron en la ceremonia de inauguración del evento, que arranca este jueves y concluye el 20 de agosto.
Con una capacidad cercana a los cincuenta mil espectadores, el estadio Eden Park de Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda, se vistió de gala para albergar una ceremonia de inauguración rápida, de diez minutos, y el primer partido de la Copa del Mundo entre Nueva Zelanda y Noruega.
El ambiente festivo y las ganas de fútbol se apoderaron del ambiente en una ciudad que unas horas sufrió un tiroteo que ha dejado tres muertos y seis heridos. El incidente se produjo a las 7.23 hora local (19.23 GMT del miércoles) en un sitio de construcción de la zona central cuando el atacante entró en un edificio y abrió fuego, según la Policía.
Sin embargo, como aseguró la FIFA, el partido inaugural de esta noche en el Eden Park se desarrolla según lo previsto y las gradas lucieron llenas de aficionados para presenciar el pistoletazo de salida del gran evento.
Los mejores paisajes naturales de ambos países organizadores se proyectaron acompañados de dibujos coloridos para dar paso a una actuación que mostró al mundo las raíces de los dos países organizadores Australia y Nueva Zelanda con cánticos y danzas indígenas.
Los iconos de la serpiente arcoíris de Australia y la manta raya de la isla norte de Nueva Zelanda ocuparon el césped del Eden Park para rememorar la leyenda de la creación de las dos islas según la mitología aborigen.
Las 32 selecciones participantes, igualándose por primera vez al torneo masculino, estuvieron representadas por grupos ataviados con los colores de las equipaciones del país mientras realizaban una danza de la unidad. Además, el balón oficial de la competición fue recibido como regalo de una representación de los participantes a las actuales campeonas, Estados Unidos.
Por último, se desplegó el logotipo del Mundial sobre el círculo central del césped y la artista neozelandesa BENEE y la cantante y productora australiana Mallrat interpretaron ‘Do It Again’, la canción oficial del Mundial, que refleja el empoderamiento y la unidad que buscan que caracterice la cita mundialista.