La Cañada de los Once Pueblos es una zona indígena del estado de Michoacán, integrada por comunidades purépecha. Conoce aquí los detalles.
Este territorio formó parte del Señorío Tarasco o iréchequa, antes de la Conquista, y durante las décadas posteriores a ésta fue evangelizado por franciscanos, para después pasar al control del clero secular, en el Obispado de Michoacán, donde Chilchota fungía de cabecera de la República de Indios que entonces integraba 16 pueblos de la Cañada.
Hasta que, en 1603, se ordenó la reducción de los poblados de la jurisdicción, con el propósito de congregar a las personas que vivían dispersas en las laderas de los cerros, en asentamientos trazados y ordenados en partes llanas al modo español, pues pretendían mejorar el dominio sobre ellas e imponerles las normas cívicas de la Corona.
Hoy, la Cañada de los Once Pueblos es un valle conformado por Carapan, Tacuro, Ichán, Huáncito, Zopoco, Santo Tomás, Acachuén, Tanaquillo, Urén, Chilchota y Etúcuaro. Se localiza a 23 kilómetros al oriente de Zamora y a 120 de Morelia. Es el acceso norte a la sierra purépecha y a Uruapan.
Se caracteriza por su riqueza natural: de clima templado y lluvias en verano, es irrigada por seis manantiales que desembocan en los ríos Duero y Rito. Entre los atractivos turísticos de Carapan están el manantial Ostakuro y el Parque Nacional de Kuinio, donde nace el agua que abastece a siete poblaciones y hay pequeñas cascadas en medio de un paisaje arbolado.
Mientras que, en el Parque Ojo de Agua de Chilchota, existe una escalinata de 210 peldaños que conduce a una cumbre, desde la cual se pueden apreciar los cerros Kuarhaani, P’eani y Siaapurhu; además, en este sitio se venera la imagen de la Virgen de Guadalupe. Asimismo, el Parque Comunal La Toma, en Tanaquillo, posee también un nacimiento hídrico.
Vasto es también el patrimonio arquitectónico. Las construcciones tradicionales están constituidas con cimientos de piedra y, sobre ellos, se erigen los muros de adobe rematados con techos de madera de dos aguas cubiertos con teja. Ejemplos de ellas son, la antigua jefatura de tenencia o lurixio de Carapan, considerado monumento histórico pese a su deterioro.
Entre la arquitectura religiosa existente, sobresalen, el templo de San Miguel Arcángel en Tanaquillo y la capilla del antiguo Hospital en Huáncito, por sus artesonados policromados. Otros tienen portadas, retablos e imágenes religiosas de alto valor histórico y simbólico, como los templos de San Francisco, en Ichán; de Santo Tomás, en la localidad del mismo nombre; el de la Virgen de la Natividad, en Tacuro; el de San Juan, en Carapan; y el del Señor Santiago, en Chilchota.
En el pueblo Ichán, una gran parte de sus habitantes se dedican a la música, al integrar filarmónicas y bandas de viento. Chilchota es conocido como la capital mundial de los azahares de novia y, al igual que Carapan, es referencia por la producción de pan cocido con leña en hornos de barro.
Corundas, uchepos, churipo, pozole, chapatas, tamales de zarzamora, buñuelos, gorditas de trigo o takerechuskuta, atoles de hoja morada de maíz, de grano y de anís, son alimentos de la cocina tradicional purépecha, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y paradigma de México.
Con información del artículo “La Cañada de Los Once Pueblos”, de José Manuel Martínez Aguilar, incluido en el libro “Michoacán, el destino que celebra la vida”.