El ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, ordenó a sus tropas que se retiraran de la orilla oeste del río Dniéper ante los ataques ucranianos cerca de la ciudad sureña de Jersón. El anuncio marcó una de las retiradas más importantes de Rusia y un posible punto de inflexión en la guerra, que ahora se acerca al final de su noveno mes.
En comentarios televisados, el general Sergei Surovikin, al mando general de la guerra, dijo que ya no era posible abastecer a la ciudad de Kherson. Dijo que proponía tomar líneas defensivas en la orilla este del río. La noticia siguió a semanas de avances ucranianos hacia la ciudad y una carrera de Rusia para reubicar a más de 100 mil de sus residentes.
“Proceda a retirar a los soldados”, dijo en la televisión el ministro, Serguéi Shoigu, al general Serguéi Surovikin, comandante de las operaciones rusas en Ucrania, quien admitió que la decisión de replegarse a la margen derecha del rio Dniéper no era “nada fácil”. “Salvaremos las vidas de nuestros soldados y la capacidad de combate de nuestras unidades. Mantenerlos en la orilla derecha (occidental) es inútil. Algunos de ellos pueden usarse en otros frentes”, añadió por su parte Surovikin.