Javier Ovalle, un joven que en 2012 fue galardonado por sus logros en la XXII Olimpiada Nacional de Física, donde ganó una medalla de bronce, pasó de ser una promesa en el ámbito académico a ser condenado por el asesinato de una joven.
De acuerdo con información recientemente retomada por El Heraldo, Javier, que alguna vez fue recibido y reconocido por el Gobierno Federal, se convirtió en el protagonista de un crimen que conmocionó a México y que hasta el momento sigue causando indignación.
Los primeros logros académicos de Javier
En su juventud, Javier destacó por su intelecto. Estudió en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 9 “Juan de Dios Bátiz” del Instituto Politécnico Nacional y representó a México en una competencia de física en Europa.
Por sus habilidades, amigos y familiares lo consideraban un genio en potencia con un futuro brillante. Sin embargo, su carrera y vida tomaron otro camino cuando demostró una naturaleza más sombría.
El asesinato de Sandra Camacho
En julio de 2013, Javier fue arrestado tras ser identificado como el autor del asesinato de Sandra Camacho, una joven de 17 años.
Según las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (hoy Ciudad de México), Javier había ofrecido un trabajo de edecán a Sandra, a lo que ella accedió.
¿Por qué la mató?
En una cita con la adolescente, tras ver una película, la llevó a su departamento en la Unidad Habitacional de Tlatelolco.
En algún momento, Javier le habló sobre sus logros académicos, pero Sandra no le creyó. Esto provocó que Javier perdiera el control y la atacara, causándole la muerte.
La víctima luchó por su vida, según indicaron las marcas de forcejeo en el rostro de Javier.
