A pesar de que la elección de la vestimenta es una expresión personal que refleja la identidad y la individualidad de cada persona, siempre y cuando se sientan libres y cómodas, lo cierto es que en pleno siglo XXI siguen existiendo prejuicios que impiden o señalan a las mujeres a tomar decisiones sobre su propia apariencia, esto es lo que recientemente le pasó a Karol G.
La cantante colombiana es reconocida como un ícono de la cultura urbana, misma que destaca por ser un gremio con un peculiar estilo, extravagante, arriesgado y original, y este es precisamente el sentido de moda que define a la colombiana autora de temas como “Mañana será bonito”, sin embargo, recientemente recibió críticas por su atuendo.
Karol G fue criticada por su ropa en una iglesia
La posición de la religión respecto a la vestimenta se basa en principios de modestia, recato y censura hacia el cuerpo, especialmente hacia la figura femenina, esto supuestamente para promover un entorno propicio para la devoción y el respeto a Dios durante los actos litúrgicos y celebraciones religiosas, por lo que el uso de prendas consideradas no recatadas puede ser duramente criticada y esto le pasó a Karol G.
Fue durante un bautizo que celebró la hermana de Carolina Giraldo Navarro, conocida artísticamente como Karol G, que la artista decidió asistir a la celebración religiosa que reconoce a una nueva vida dentro de la religión, sin embargo, al acudir al evento la famosa optó por utilizar un vestido delgado de lo que parecía ser seda, al tiempo que el diseño destacó por sus delgados tirantes y escote.
Fue a través de redes que se difundieron diversas fotos del evento familiar y de amigos de Karol G, sin embargo, la famosa fue blanco de críticas debido a su atuendo, pues algunos comentarios indicaron “Hay ocasiones para todo”, “Así no se va vestida a una iglesia”, “Lo entiendo en un show pero no en la casa de Dios“, por mencionar algunos.
Al momento la cantante no se ha pronunciado al respecto, sin embargo, es importante recordar el valor y lo necesario que resulta el respetar la variedad de elecciones de vestimenta de todas las personas, al tiempo que la imposición de normas rígidas basadas en prejuicios puede perpetuar estereotipos dañinos y limitar las oportunidades de las mujeres para participar plenamente en la sociedad.
