El feminicida de la joven profesora Jessica González Villaseñor lo volvió hacer: cambió de abogados de último momento para aplazar la audiencia que se tenía programada este miércoles. Diego Urick Mañón Melgoza continúa jugando con los tiempos legales para aplazar la justicia.
Tras la sentencia condenatoria que le impuso el 27 de enero pasado, el juez Ariel Montoya Romero, y la sentencia de 50 año emitida el 15 de febrero, Diego Urik promovió una apelación contra la determinación.
Tras solicitar la recusación del magistrado encargado de resolver la apelación, y que ésta le fuera negada, Diego aceptó tener defensores de oficio para llevar su caso, quienes solicitaron 45 días para imponerse del caso, es decir, para conocerlo y empaparse de él.
Transcurrido ese periodo, finalmente se tenía programada para este miércoles la audiencia para la aclaración de agravios y poder así, resolver la apelación.
Sin embargo, tal y como lo hiciera a lo largo del juicio oral, Diego determinó cambar de defensa de último momento, solicitando un nuevo plazo de 45 días para que ésta conociera el asunto, esto pese a que su nuevo defensor es parte del bufete de abogados que lo representó durante el juicio oral.
A pesar de que la Fiscalía y la representación de las víctimas indirectas alertaron al magistrado Gilberto Alejandro Bribiesca Vázquez que tal estrategia fue recurrente por Diego durante el juicio oral para general dilación de la justicia, los señalamientos no tuvieron eco.
Verónica Villaseñor Ferreyra, madre de Jessica, al hacer uso de la palabra en la audiencia señaló que el derecho a la justicia pronta y expedita para las víctimas no se ha dado, y que solo se respetan los derechos “de este asesino, porque ya fue declarado culpable, ¿en qué momento va a parar todo esto?”.
Finalmente, todas las peticiones hechas por la defensa de Diego fueron aceptadas por el magistrado, esto es, 45 días más para que “conozca el asunto” y copia de todos los documentos que obran en el expediente.
