La variante EG.5, o Eris, de rápida propagación, ha estado detrás de los repuntes del virus en Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón y Canadá, entre otros países
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó hoy 9 de agosto la cepa del coronavirus EG.5, o Eris, que circula en Estados Unidos y China como “variante de interés”, pero afirmó que no parece suponer una amenaza mayor para la salud pública que otras.
La variante de rápida propagación, la más prevalente en Estados Unidos con más de 17% de los casos estimados, ha estado detrás de los repuntes del virus en todo el país y también se ha detectado en China, Corea del Sur, Japón y Canadá, entre otros países.
“En conjunto, las pruebas disponibles no sugieren que EG.5 presente riesgos adicionales para la salud pública en relación con los otros linajes descendientes de ómicron que circulan actualmente”, afirmó la OMS en una evaluación de riesgos.
Añadió que era necesaria una evaluación más exhaustiva del riesgo planteado por EG.5.
COVID-19 ha matado a más de 6.9 millones de personas en todo el mundo, con más de 768 millones de casos confirmados desde la aparición del virus. La OMS declaró el brote pandémico en marzo de 2020 y puso fin al estado de emergencia mundial para el COVID-19 en mayo de este año.
EG.5 o eris no es más grave que otras subvariantes de ómicron
Maria Van Kerkhove, responsable técnica de la OMS sobre COVID-19, dijo que EG.5 tenía una mayor transmisibilidad, pero no era más grave que otras variantes de Ómicron.
No detectamos un cambio en la gravedad de EG.5 en comparación con otros sublinajes de ómicron que han estado en circulación desde finales de 2021.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, deploró que muchos países no estén notificando los datos de COVID-19 a la OMS, e informó que solo 11% había reportado hospitalizaciones e ingresos en UCI relacionados con el virus.
En respuesta, la OMS emitió una serie de recomendaciones permanentes para COVID-19, en las que instaba a los países a seguir notificando los datos de COVID-19, en particular los de mortalidad y morbilidad, y a seguir ofreciendo la vacunación.
Van Kerkhove afirmó que la ausencia de datos de muchos países estaba obstaculizando los esfuerzos de lucha contra el virus.
Hace aproximadamente un año, estábamos en una situación mucho mejor para anticiparnos o actuar o ser más ágiles.
Sin embargo, considera que “ahora el retraso en nuestra capacidad para hacerlo es cada vez mayor. Y nuestra capacidad para hacerlo está disminuyendo“.