Los fallecidos en los terremotos que han azotado Turquía y Siria superan ya los 16 mil, según autoridades locales, que sitúan el número de heridos a causa de los temblores en ambos países en más de 68 mil.
Según la autoridad de gestión de emergencias turca AFAD, a primera hora de hoy jueves, cuatro días después del terremoto con epicentro en Turquía, el balance oficial de víctimas mortales ha subido hasta 12 mil 873, mientras que los heridos superan ya los 63 mil.
En la madrugada de hoy, los rescatistas lograron sacar con vida de los escombros a un chico de 16 años, aunque a medida que pasan las horas disminuyen las esperanzas de que se produzcan otros milagros.
Expertos locales estiman que decenas de miles de personas están todavía bajo los escombros de los edificios derrumbados, aunque no hay información sobre la situación en la mayoría de los pueblos de las 10 provincias afectadas por el terremoto.
En Siria, la cifra oficial de muertos asciende ya a 3 mil 162 y la de heridos a 5 mil 235, mientras las labores de rescate continúan en las cinco provincias del país más afectadas, con pocas esperanzas de hallar sobrevivientes.
En las áreas de Idlib y Alepo (noroeste), en manos de la oposición, el balance supera las mil 900 víctimas mortales y los 2 mil 950 lesionados, según el último recuento ofrecido por los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las regiones opositoras de Siria.
Los rescatistas alertaron de que las cifras podrían seguir subiendo, ya que muchas personas continúan atrapadas bajo los escombros en el cuarto día de operaciones de emergencia tras el sismo inicial registrado el lunes y al que hay seguido múltiples réplicas.
Otras mil 262 personas perdieron la vida y 2 mil 285 resultaron heridas en las zonas controladas por el gobierno de Bachar al Asad, que no ha actualizado su balance desde ayer.
Las autoridades sirias anunciaron ayer que cerca de 293 mil personas tuvieron que abandonar sus hogares a consecuencia de los sismos en las zonas gubernamentales, donde se han habilitado unos 180 albergues para acoger a quienes perdieron sus casas o cuyas viviendas sufrieron daños sustanciales.