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Cárteles mexicanos, el músculo financiero de la narcoguerra que enfrenta Ecuador

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Los cárteles mexicanos de Sinaloa (CDS) y de Jalisco Nueva Generación (CJNG) son “corresponsables” de la inédita ola de violencia que vive Ecuador porque son los que proporcionan armamento y músculo financiero a las bandas locales del narcotráfico que desarrollan una guerra contra el Estado con ataques armados y atentados explosivos en todo el territorio.

Así lo plantea en entrevista con Proceso el excandidato presidencial del opositor Movimiento Construye, Christian Zurita, quien desde el año pasado había denunciado la creciente influencia de los cárteles mexicanos de la droga en Ecuador a través de grupos criminales como “Los Choneros”, aliados del CDS, y “Los Lobos” y “Los Tiguerones”, vinculados al CJNG.

Zurita. Denuncias / Foto: AP/Dolores Ochoa

Zurita asumió en agosto del año pasado la candidatura presidencial del Movimiento Construye luego de que el 9 de ese mes fuera asesinado el abanderado original de ese partido, Fernando Villavicencio, quien días antes había denunciado que “capos de Sinaloa” lo habían amenazado de muerte.

Villavicencio no se refería a Ismael “El Mayo” Zambada o a Los Chapitos, sino a Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, jefe de “Los Choneros” y principal aliado del CDS en Ecuador.

Villavicencio. Amenaza cumplida / Foto: FB Fernando Villavicencio

De acuerdo con Zurita, los cárteles mexicanos empoderaron a las bandas locales del narcotráfico a tal grado, que estas han ganado autonomía y capacidades logísticas para traficar cocaína, pero siguen recibiendo enormes recursos financieros por su asociación con el CDS y el CJNG.

“Y estos cárteles también los abastecen de armas”, señala el excandidato presidencial y periodista, quien tenía una relación personal muy estrecha con Villavicencio.

Esas armas, señala, son las que las bandas del narcotráfico han utilizado en sus ataques en todo Ecuador, los cuales comenzaron el lunes pasado tras conocerse la fuga de “Fito” de una prisión de la suroccidental Guayaquil en la que el gobierno tenía planeado desarrollar un operativo para trasladar al jefe de “Los Choneros” a otra prisión.

El capo sabía, por una filtración, que iban por él, y huyó de la cárcel, en la que había convertido un pabellón en un apartamento de lujo desde el que controlaba sus negocios ilegales. Las autoridades no han dicho qué día se fugó, aunque algunas afirman que fue el pasado 25 de diciembre y que salió disfrazado de policía

“Nos miramos en el espejo de los cárteles mexicanos y, tal vez, con mucho más fuerza que el resto de los países de la región porque Ecuador se ha convertido en un centro de distribución de drogas para Estados Unidos y Europa, lo que hace que los carteles (CDS y CJNG) estén muy presentes”, asegura Zurita.

Estado débil

La guerra contra el Estado ecuatoriano que han desatado las bandas del narcotráfico incluye atentados explosivos, incendios de vehículos, ataques armados en centros comerciales, secuestros de policías y guardias penitenciarios y hasta la irrupción de comandos armados a canales de televisión.

El profesor y decano de la Escuela de Seguridad y Defensa de Ecuador, Daniel Pontón, dice que la situación sin precedentes que vive Ecuador es el resultado de un proceso de degradación social y criminal que se ha canalizado a través de la violencia. 

Asegura que la escalada de violencia criminal que se ha observado en el país desde el pasado lunes es una reacción de las bandas del narcotráfico al plan del presidente Daniel Noboa, que tiene apenas seis semanas en el cargo, para recuperar el control de las cárceles, que se han convertido en el epicentro de las actividades ilegales.

“El problema –explica el experto— es que no se logró el control de las prisiones (porque el operativo falló con la fuga de ‘Fito’) y el país está en un nuevo capítulo de violencia que el Estado tampoco puede controlar”.

Prisiones. Bastión criminal / Foto: AP/Dolores Ochoa 

Para Pontón, quien ha sido funcionario de los servicios estatales de inteligencia, los cárteles mexicanos de la droga pueden verse beneficiados del estallido de violencia en Ecuador porque “un Estado débil y sin orientación estratégica no tiene capacidad de contener delitos como el narcotráfico y eso está en el interés criminal” del CDS y el CJNG.

Por eso, asegura el doctor en ciencias sociales, es posible que estos cárteles brinden “apoyo logístico y recursos” a sus socios ecuatorianos para librar esta guerra.

La asociación entre narcotraficantes mexicanos y ecuatorianos ha llevado a Noboa a declarar a las bandas locales como “crimen organizado trasnacional”, lo que de acuerdo con Pontón apunta en la dirección correcta porque el narcotráfico es un delito que requiere de redes en muchos países y su combatirlo pasado por la cooperación internacional.

Christian Zurita considera que México debería colaborar con Ecuador para enfrentar este fenómeno criminal, pero duda que se produzca esa colaboración porque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “ha acogido en territorio mexicano a toda la cúpula del correísmo”, el grupo político del expresidente Rafael Correa, que “no tiene ningún interés de que esto se solucione”.

En Ecuador, todas las fuerzas políticas, incluido el partido de Correa, Revolución Ciudadana, respaldaron las medidas del presidente Noboa para hacer frente al desafío que plantea el narcotráfico.

Noboa expidió la tarde del martes un decreto en el que declara al país en estado “de conflicto armado interno” y ordena el despliegue de las Fuerzas Armadas y la policía por todo el territorio.

Noboa. El decreto / Foto: @DanielNoboaOk

El decreto señala que Ecuador enfrenta “actos terroristas que atentan contra la seguridad territorial y soberanía del Estado” y declara como “organizaciones terroristas” a una veintena de bandas del narcotráfico, entre ellas a las dos más poderosas, “Los Choneros” y “Los Lobos”, que parecen actuar juntas en esta ofensiva a pesar de las guerras territoriales que libran desde hace años.

Zurita señala que las investigaciones sobre el asesinato de Villavicencio determinan que la banda “Los Lobos”, aliada del CJNG, estuvo involucrada en ese magnicidio y que uno de sus jefes, Fabricio Colón Pico, participó en la planificación.

Colón Pico fue uno de los reos que escapó de la cárcel de la andina ciudad de Riobamba la madrugada del martes, mientras se producían varios ataques en las principales ciudades del país.