Ricardo era carnicero en el mercado de la GAM donde fue asesinado. Sus empleados enfrentaron e hirieron al homicida, pero logró huir del lugar. Quien mató al carnicero sabía que él llegaba a su negocio ubicado en el mercado de la colonia Panamericana, antes de que el resto de locatarios abrieran sus puestos.
Ayer, como cada mañana, Ricardo llegó a la Carnicería Zambrano a recibir y acomodar la mercancía. Eran casi las 7:00 horas cuando un hombre ingresó al mercado, se acercó al local del pasillo dos y sin decir palabra alguna disparó. Fueron los balazos lo que hizo que los carniceros del mercado buscaran refugio dentro de los locales.
Sólo los ayudantes de la víctima lograron ver al homicida. Era un hombre joven que tras disparar, corrió para escapar hasta que fue alcanzado por los empleados que enfrentaron al homicida.
A pesar de que lo lograron herir, el agresor huyó por una de las puertas del mercado en donde lo esperaba un motociclista.
Mientras el atacante y su cómplice huían, los locatarios pedían ayuda para Ricardo.
Al lugar arribaron paramédicos y policías, pero sólo para informar que el carnicero de 55 años había muerto por los disparos que recibió.
Ante los agentes que atendieron el caso, un familiar y testigo del ataque fue el encargado de declarar que el fallecido tenía más de 40 años como dueño de la carnicería.
Durante ese tiempo, la esposa e hijos de la víctima también se hicieron de locales dentro del mercado. Y aunque él llevaba más de cuatro décadas, sólo en una ocasión fue víctima de la delincuencia.
Fue hace siete años cuando una banda de asaltantes ingresó a robar en la zona de carnicería del mercado. Los robos eran recurrentes hasta que el grupo de carniceros hizo frente a los asaltantes.
Ayer, el homicidio no se debió a un robo. Según los locatarios, el ataque fue directo y piensan que el blanco era uno de los “chalanes” de El Güero. Y es que ahí trabaja un hombre apodado La Chacha, quien supuestamente tiene conflictos con delincuentes de la colonia.
Tras lo ocurrido en el mercado, los trabajadores denuncian que aunque han pedido vigilancia, la alcaldía se niega a mandar policías que resguarden el lugar. Sólo cuentan con un adulto mayor que, vestido de policía privado, recorre los pasillos de la plaza.
Tampoco hay cámaras de vigilancia que ayuden a reconocer al agresor. Por ello, los testigos del homicidio fueron llevados a la agencia ministerial en donde declaran por el caso.